América

Aparece asesinado en La Habana un sacerdote español

El cadáver del cura, apuñalado, estaba en una cuneta cerca de su coche quemado

El párroco Eduardo de la Fuente, en La Habana. Foto: JESÚS CARDEÑA / EFE

La Habana 16/02/2009

Circunstancias extrañas rodean la muerte en Cuba del sacerdote español Eduardo de la Fuente, cuyo cuerpo fue hallado hace dos días con heridas de arma blanca en una cuneta, cerca de su coche quemado, a 20 kilómetros de La Habana. El Ministerio de Exteriores español alegó el secreto sumarial del caso y la petición de discreción de la familia, que quiere preservar su intimidad, para no facilitar detalles. Un portavoz consideró que las autoridades cubanas tardarán en emitir un informe, dadas las características de este tipo de investigaciones. El consulado español en Cuba trabaja para repatriar el cadáver lo antes posible.

FORMADOR DE NIÑOS

Antonio Gómez, cuñado del sacerdote, explicó que el Obispado de Cuba le había notificado escuetamente la noticia "inexplicable", ya que Eduardo de la Fuente ejercía su trabajo en La Habana "con discreción" porque "era muy prudente" y no solía hablar de asuntos políticos.

Eduardo de la Fuente, de 61 años, natural del Guadalix de la Sierra (Madrid), residía en la isla desde mayo del 2006 como misionero en comisión de servicios para la archidiócesis de La Habana, primero en la parroquia de Alamar, y actualmente en la de Santa Clara, donde ejercía como sacerdote, con especial dedicación a la formación de niños y jóvenes. El padre Eduardo, como era conocido en las madrileñas parroquias Espíritu Santo de Aranjuez y del Sagrario de Carabanchel, donde trabajó con anterioridad, tenía verdadera pasión por la isla, según sus allegados, y dedicó las vacaciones de 10 años a colaborar en distintos centros antes de instalarse allí.

CON POBRES Y PRESOS

"Siempre ha dado testimonio de vida austera, fe inquebrantable y una entrega infatigable por los más pobres", comentó emocionado Manuel García, sacerdote que convivió con el padre Eduardo durante tres años en Aranjuez. García destacó la labor del cura asesinado durante 10 años con presos de la cárcel de Alcalá-Meco. Su cuñado, Antonio Gómez, abundó en la entrega a los pobres del sacerdote: "Recogía y hospedaba a todos los que le pedían ayuda. Incluso adoptó a cinco hermanos gitanos abandonados por sus padres, el mayor de ellos con 15 años y al menor de 2 años", recordó Gómez.

Jesús Cardeña, fotógrafo de Cordon Press, aseguró a Efe que De la Fuente, del que se consideraba muy amigo a pesar de que es ateo, "siempre quiso dar servicio a los más necesitados, especialmente a los jóvenes, con quienes "conectaba muy bien". Cardeña contó que el sacerdote "tenía muchas ideas e iniciativas, pero el Gobierno cubano no le dejaba llevarlas a cabo", se dedicó a rehabilitar la parroquia y cedía los locales de la iglesia para organizar talleres de teatro y otras actividades.

Fuente: El Periódico.com

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