Europa

Rumanía y Bulgaria recuerdan a Francia que no puede cerrar sus fronteras

Ambos países alertan sobre posibles reacciones xenófobas

Foto tomada el pasado 29 de julio en un campamento gitano en Lyon
París - 19/08/2010 
 
Las críticas contra la expulsión francesa de los gitanos se multiplican estos días en Rumanía y Bulgaria, y el ministro rumano de Asuntos Exteriores, Teodor Baconschi, dice estar preocupado por el posible riesgo de «una escalada populista y reacciones xenófobas».
 
París enviará mañana a 79 gitanos a Rumanía, de ahí que Baconschi haya endurecido el tono por primera vez desde que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciara su nueva política de seguridad. «Expreso mi inquietud sobre los riesgos de que puedan producirse reacciones xenófobas en este clima de crisis económica», ha apuntado el ex embajador rumano en París en una entrevista con la radio RFI Roumanie.
 
Baconschi «espera» que se respete la legalidad en cada una de las expulsiones efectuadas por Francia, haciéndose eco de las críticas expresadas por ONG rumanas en defensa de los gitanos.
 
Expulsiones hasta finales de agosto
 
París quiere expulsar a 700 gitanos de nacionalidad rumana y búlgara desde este jueves hasta finales de agosto. En este sentido, el jefe de la diplomacia rumana insiste en la necesidad de una cooperación real entre el Elíseo, Bucarest y la Unión Europea, «sin fiebre electoralista artificial». Así, apuesta por resolver el problema de la pobreza y la falta de acceso a la educación que esta minoría étnica sufre en toda Europa.
 
En Rumanía hay entre 530.000 y 2, 5 millones de gitanos. En Bulgaria viven unos 800.000.
 
París ha criticado a Bucarest y Sofía en numerosas ocasiones, e incluso el secretario de Estado galo para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, les ha recordado que su integración al espacio Schengen, prevista para 2011, podría ser revisada. En este sentido, Baconschi cree que las amenazas no son la solución. «Si intercambiamos acusaciones o criminalizamos a título colectivo a los grupos étnicos, volveremos a recordar tiempos pasados muy desagradables. Y en lugar de encontrar soluciones, generaremos tensiones».
Preguntado sobre la vuelta a Francia de gitanos explusados, Baconschi insiste en que su país «no puede bloquear la frontera a sus ciudadanos, miembros de la UE, si no han cometido ningún crimen».
 
Visas en la época comunista
 
También en Bulgaria las asociaciones de derechos humanos han puesto el grito en el cielo por la política francesa contra este grupo étnico. Ilona Tomova, investigadora de la Academia búlgara de Ciencias, no entiende cómo Francia, «país símbolo de la democracia, puede contribuir de esta forma a la estigmatización de los gitanos».
 
El diario búlgaro Sega ha denunciado la política de deportación de gitanos, estimando que ni Sofía ni Bucarest tienen medios para evitar que circulen por Europa, «salvo volviendo a la época comunista, con la exigencia de visas de salida».
 
Dos secretarios de Estado rumanos viajarán a París el 30 de agosto para abordar la cuestión. Por su parte, el ministro francés de Inmigración, Eric Besson, visitará Bucarest en septiembre.

Más control al retorno voluntario

El Gobierno francés ha anunciado un refuerzo del dispositivo que regula las ayudas al retorno voluntario que ofrece a colectivos de extranjeros en situación irregular, como muchos de los gitanos que expulsará a partir de mañana. Se trata de evitar que los deportados utilicen falsas identidades para beneficiarse dos veces de esas ayudas, que consisten en el billete de avión más 300 euros por adulto y 100 euros por niño. Para lograr ese objetivo, a partir del próximo 1 de septiembre la policía tendrá que registrar las huellas de quienes se beneficien de esa ayuda con vistas a evitar nuevos fraudes, según informa hoy el diario Le Figaro. Los datos se incluirán en el fichero, bautizado como «Oscar», que el Gobierno galo creó en octubre de 2009 y en el que ya figuran los nombres de los beneficiarios.
 
Pero, tal y como anunció este martes el ministro de Inmigración Eric Besson, con la inclusión de datos biométricos en ese fichero "dentro de unas semanas", se evitará la noria de los que salen y vuelven a entrar a territorio francés. Besson confirmó también que 79 gitanos, cuyos campamentos ilegales han sido desmantelados en los últimos días, van a ser expulsados mañana jueves en un vuelo regular con destino a Rumanía y Bulgaria. A esa primera tanda se añadirán otras dos más hasta los, al menos, 700 miembros de este colectivo que serán deportados en los próximos días. Según Besson, al tratarse de ciudadanos comunitarios podrán volver a Francia, pero no podrán instalarse sin un contrato de trabajo.
 
Fuente: ABC

 

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