Europa

LÁSZLÓ ANDOR

"La esencia del problema es la exclusión social. La discriminación en algunos países ha llevado a situaciones explosivas"

Por: Ricardo Martínez - Bruselas - 05/04/2011

Alrededor de ocho millones de europeos, la mayor parte en el centro y el Este de Europa, viven en condiciones de segregación, explotación, ignorancia y miseria impropias de una Unión Europea que se tiene como espejo universal de los derechos fundamentales. Y suben a 10-12 millones si incluimos la vecindad balcánica y Turquía. Son los gitanos, para los que la Comisión Europea va a proponer hoy un nuevo plan orientado a su integración. El tiempo acucia porque en estos momentos de crisis económica, el racismo y la xenofobia de algunos se ceban en la más nutrida minoría racial europea. "No es aceptable que los pobres provoquen xenofobia", dice el húngaro László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, quien de los incidentes del pasado verano en Francia y el subsiguiente choque de París con Bruselas, sacó una lección: "La situación de los gitanos no es un asunto de Interior".

Andor presenta una propuesta para la integración en el horizonte de 2020 que si llama la atención es por ser un SOS a los Veintisiete. Más de una década llevan las instituciones comunitarias pidiendo sin éxito a los Gobiernos que hagan algo por los gitanos y el comisario cree que ahora es el momento de volver a la carga. "La Unión se ha marcado unos objetivos de desarrollo, empleo, educación, reducción de pobreza para 2020 y media docena de países del centro y del Este de Europa no los cumplirán si no integran a los gitanos", dice. "Y hay que tener en cuenta que con la movilidad de las personas el problema no queda restringido a un país".

El comisario propone "que haya una acción concentrada y coordinada en cuatro áreas: educación, empleo, sanidad y vivienda". La realidad es que las cuatro son de responsabilidad exclusiva de las autoridades nacionales y no de Bruselas. "El marco de actuación que proponemos fija los objetivos y el apoyo que le puede dar la Comisión", apunta Andor. "Si sale bien se dará confianza a las comunidades de gitanos y a la propia sociedad en que viven".

Dice el comisario que para lograr el cambio deben cambiar la sociedad y los propios gitanos, pero que "la principal responsabilidad es de la mayoría, lo que no quiere decir que las minorías, las asociaciones en que se organizan o sus líderes no tengan que hacer más esfuerzos. Por ejemplo, incitar a ir al colegio, tratar de que no se tengan niños tan pronto".

"Las condiciones infrahumanas en que viven en algunos países son algo que no queremos ver en Europa. Como no es aceptable que los pobres provoquen xenofobia. Hay que hacer que mejoren las condiciones de vida en sus países y de ello son responsables los Gobiernos", subraya.

Del traumático enfrentamiento del pasado año entre París y Bruselas a propósito de los gitanos rumanos, Andor celebra que "Francia fue obligada a incorporar a su legislación nacional la directiva sobre libertad de circulación" Él califica aquel choque de "desgraciado incidente" y dice que allí quedó demostrado que "la situación de los gitanos no es un asunto de Interior, que hay que fijarse en las condiciones en que viven. La esencia del problema es la exclusión social. La discriminación en algunos países ha llevado a situaciones explosivas".

Fuente: El País

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