Europa

JÓVENES, GITANOS Y EUROPEOS

 Mientras los problemas de la mayor minoría de Europa parecen eternizarse, la UE intenta ofrecer un poco de esperanza, a pesar de “hablar mucho y actuar poco”. Testimonios de gitanos y europeos, europeos y gitanos

 

Foto: ©Andreu Jerez/ pagina principal imagen cortesia de amarodrom.de

  
Por: Andreu Jerez Ríus - Berlín - 09/07/2009

A finales de mayo, un grupo de familias gitanas de unas 90 personas acamparon en un parque berlinés para huir de la miseria que sufrían en su país de origen, Rumanía. Pronto se desató la polémica: la policía intentó desalojarlos repetidamente y varias asociaciones denunciaron una falta de respeto de los derechos básicos de estos ciudadanos de pleno derecho de la UE.

Situaciones como esta, que se repiten a lo largo de Europa, afectan de forma insistente a miembros de la comunidad gitana, formada por entre 9 y 12 millones de individuos. Mientras la Unión Europea continúa su proceso de ampliación y soluciona (peor o mejor) los problemas identitarios y sociales existentes en su seno, la cuestión gitana sigue abierta. Así lo corroboran informes de Amnistía Internacional o de Naciones Unidas, que denuncian el racismo y la vulneración de los derechos humanos que sigue padeciendo esta etnia, que no siempre encuentran una respuesta política contundente.

Encuentro en Berlín

Tres semanas antes de la mediática llegada de las familias gitanas rumanas a Berlín, otro grupo de gitanos de toda Europa se reunió en la capital alemana, aunque con una acogida diferente. Cincuenta jóvenes gitanos y trabajadores sociales de organizaciones juveniles de 14 países europeos participaron en un seminario organizado por la asociación alemana Amaro Drom y Roma Active Albania, con apoyo de la Comisión Europea. Un encuentro que sirvió para compartir experiencias y trazar proyectos de futuro. Hablamos con seis de los participantes: una visión general sobre la juventud gitana europea, perspectivas, miedos y esperanzas.

Hamze Bytyci , 27 años - alemano-kosovar, trabaja para Amaro Drom

Hamze se siente “metropolitano, europeo y gitano”. Para él, el futuro de la comunidad gitana en Europa tiene “dos caras”.“Ahora estamos dando los primeros pasos para mejorar su situación. Es como el inicio de una revolución pacífica. Por otra parte, todos sabemos lo que está ocurriendo con la minoría gitana en países Italia o en República Checa. Necesitamos más dinero y más tiempo” .

Admir Biberovic, 25 años – Bosnia, licenciado en Derech

Admir es positivo respecto al futuro de su comunidad en Bosnia: “El Gobierno de mi país es miembro de proyecto Decade or Roma Inclusion, que busca la inclusión de la comunidad gitana europea, en el que ya ha invertido 3 millones de euros”. Admir es optimista porque cree que si alguien está convencido en cambiar algo, lo puede hacer, y él ve convencimiento de sobra en encuentros como el de Berlín.

Ionut Stan, 24 años –  Rumanía, Policía

 
Ionut se siente gitano porque “no puede ser otra cosa”, reconoce que su comunidad sigue estando discriminada, aunque nota un cambio: “Si bien es cierto que en algunas regiones de Rumanía hay comunidades gitanas muy pobres, también hay miembros de mi comunidad que están muy integrados, con estudios y trabajo”. Ionut tuvo la oportunidad de trabajar en Bruselas durante seis meses gracias a una beca, por ello aprecia mucho lo que significa la UE. Ionut es optimista respecto al futuro: “La vida de mis hijos será mejor que la mía”.
 

Karolina Mirga, 26 años – Estudiante, Polonia

“Mi nacionalidad oficial es polaca, pero en mi corazón soy gitana: soy una gitana polaca". Karolina muestra incertidumbre sobre el futuro, pero reconoce que los cambios “ya han comenzado”: “Quizá en 50 años haya un gitano presidente de Estados Unidos”, ríe.

Kike Jiménez, 24 años – Trabajador social, España

Kike trabaja a sus 24 años en la asociación Kale dor Kayiko, en País Vasco, España. Definir su identidad no le resulta fácil: “Uff, es un poco complicado responder teniendo en cuenta la situación política del País Vasco. Si a eso le sumamos mi identidad gitana, me parece una pregunta un tanto complicada. Me siento gitano, vasco y español, a partes iguales, a la vez que europeo”. Kike afirma que los gitanos del norte de España van un poco por detrás en el tema de educación que los de otras regiones como Cataluña, Andalucía o Madrid. “En los últimos 50 años la sociedad gitana ha cambiado muchísimo. Creo dentro de 50 años estaremos en todas las partes, allí donde nos lo propongamos”, termina.

Nesime Salioska, 27 años - Coordinadora de la asociación Roma Organization for Multicultural Affirmation – SOS Prilep de Macedonia

Nesime es más bien pesimista: “Muchos países que forman parte de la UE solo hablan de la situación de la comunidad gitana, pero no actúan. Alemania y España son dos buenos ejemplos: están constantemente hablando de la necesidad de mejorar la situación de las comunidades gitanas en otros países, como por ejemplo Macedonia. Sin embargo, ni Alemania ni España toman medidas concretas para solucionar los problemas de las comunidades gitanas de sus propios países”, afirma con pesimismo.

Fuente: cafebabel.com

EDITORIAL

 
  JÓVENES, GITANOS Y EUROPEOS

Ser joven en Europa es una cosa, y otra bien distinta es ser joven y gitano. Por razón de naturaleza humana debería significar lo mismo, pero por naturaleza étnica, lo separa del resto de jóvenes un abismo aparentemente infranqueable.

Como bien refleja el informe que hemos publicado sobre el encuentro de jóvenes gitanos en Berlín, los problemas de la mayor minoría de Europa parecen eternizarse, pero en las opiniones recogidas a seis de éstos jóvenes, existen visiones optimistas, y otras no tanto, sobre la realidad que les ha tocado vivir y sobre su futuro.

Ionut, joven rumano, y uno de los optimistas comenta "La vida de mis hijos será mejor que la mía", Pienso que ese convencimiento constituye la premisa fundamental para que verdaderamente los jóvenes gitanos de Europa hagan lo que tienen que hacer.

Los encuentros como el mantenido en Berlín son necesarios, pero han de ir refrendados por un trabajo cotidiano de “socialización” e integración en el entorno más próximo, sin tener por ello que “abdicar” de nuestro origen y nuestra cultura. Al mismo tiempo también debemos potenciar la propia formación de cada uno, elemento imprescindible que permitirá afianzar nuestro futuro.

En la Europa de hoy se está produciendo una gran paradoja, y es la de que mientras todas las instituciones comunitarias aprueban leyes de salvaguardia, protección y promoción del pueblo gitano, concretadas en diversos programas que cubren varios frentes, tales como el de la lucha por la erradicación de los estereotipos, al mismo tiempo y en sentido contrario, también se está produciendo un gran movimiento de rechazo en amplios sectores de la sociedad, manifestado de manera muy violenta en muchos puntos de Europa.

“Crece el racismo contra los gitanos desde Belfast hasta Bucarest” es el título de un interesante informe que también publicamos hace unos días, mediante el cual se confirma claramente  el abismo existente entre la sociedad y los gobiernos, aunque no todos, ya que el gobierno italiano aún parece andar “en sintonía” con el sector mas radical de su ciudadanía.

La juventud gitana aún está muy lejos de lograr una incorporación “normalizada”  dentro de la sociedad europea, y no cabe duda de que este será un proceso lento que requiere de grandes esfuerzos por parte de todos, además de programas específicos como los emprendidos por la Unión Europea, con importantes dotaciones económicas que posibiliten ese necesario avance social y de convivencia.

Pero es una lástima que todos esos programas de ayuda, sean hasta la fecha  prácticamente “invisibles” para la inmensa mayoría de las Regiones Europeas, y aún más desconocidos e inaccesibles para sus asociaciones, que son en definitiva las que día a día trabajan de manera muy directa con las familias y con los jóvenes gitanos, sin apenas disponer de recursos para ello. Asociaciones o federaciones sin opción alguna, a todo cuanto políticamente se viene “cocinando” desde Bruselas o Estrasburgo para sacar adelante a nuestro pueblo, ya que en mayoría de casos, esos mismos recursos son “atrapados”  por las grandes estructuras estatales, controladas y creadas, algunas de ellas, por los mismos gobiernos.

A pesar de todo, con recursos o sin ellos, nuestra juventud debe comenzar a liderar en Europa un movimiento que posibilite cambios de actitud real en la sociedad, al tiempo que también resulta necesario un cambio de mentalidad entre ellos mismos, que les infunda confianza y les permita caminar, e incluso, atreverse a soñar.

José Alfredo Maya Maya

Presidente de la Federación Maranatha de Asociaciones Gitanas

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