Europa

Rumanía mantiene el rechazo a la minoría gitana pese a estar en la UE

Por: Marcel Gascón - Bucarest - 15/09/2009

Rumanía ha embellecido sus leyes y el discurso oficial con su entrada en la UE y tiene, sobre el papel, una política para la minoría gitana como la de cualquier Estado próspero de la Unión, pero el rechazo a esta etnia sigue siendo general. El país balcánico ha invertido millones de euros en programas contra la discriminación de esta minoría étnica, con discretos resultados.

Pero el rechazo a los "roma", nombre que exige la corrección política por las connotaciones peyorativas del tradicional "tigan" (gitano), sigue estando ampliamente generalizado en todos los estratos sociales. Las aberraciones racistas en su contra son comunes y aceptadas entre taxistas y camareros, pero también entre médicos y profesores.

"En Rumanía no es políticamente incorrecto manifestar rechazo hacia los gitanos, incluso en términos que la legislación europea considera delito", explica a Efe el español Humberto García. García es desde hace un año representante permanente en el país balcánico de la ONG Secretariado Gitano y asesor del gobierno en la implantación de un proyecto de integración ya desarrollado en España.

Un estudio del programa gubernamental Stop a los Prejuicios contra la Etnia Roma (SPER), hecho público la semana pasada, muestra que más de un 20 por ciento de los rumanos no está de acuerdo con que los gitanos vivan en Rumanía. Según García, de 55 años, "son muchos los rumanos que niegan a los gitanos la condición de ciudadanos rumanos", una afirmación muy fácil de corroborar en mercados, cafés y universidades de cualquier ciudad rumana.

"Hemos cumplido con las condiciones de la UE, ahora deberían ayudarnos a librarnos de los gitanos", brama conduciendo a toda velocidad por el centro de Bucarest un taxista al borde de la jubilación. "La UE es muy grande. Deberían concentrarlos a todos en un trozo de tierra apartado y que dejaran de crearnos problemas", declara y estalla a reír cuando dice que Rumanía exporta sus excedentes de gitanos y de mujeres.

La mala fama que los delincuentes y mendigos gitanos que Rumanía exporta a España o Italia reporta al país son uno de los principales reproches a la minoría roma, que como en todos los países carga con el estereotipo de estar formada por vagos, sucios y tramposos. "Fuera del país creen que todos los rumanos somos gitanos, ladrones y mendigos como los que llenan las calles de las ciudades españolas", dice una profesora de inglés de 33 años, que pide el anonimato.

"Deberían especificar en los documentos de identidad de los gitanos que no son rumanos", asegura, sin prestar atención cuando se le recuerda que su exigencia contradice el principio democrático fundamental de la ciudadanía. Aunque Rumanía no ha vivido la oleada de ataques xenófobos contra los gitanos observada recientemente en países como Hungría o Eslovaquia, los cerca de un millón de roma que, según las estimaciones más conservadoras, viven en el país, se enfrentan a diario a todo tipo de discriminaciones.

De acuerdo con trabajadores sociales, muchos patronos no contratan a los gitanos por el color de su piel, y a menudo, cuando lo hacen, les reservan puestos que no exigen contacto con el público para no espantarlo en los negocios. Buena parte de las comunidades vive en poblados chabolistas, en una situación de extrema pobreza. El absentismo escolar está a la orden del día y los niños de etnia gitana son mayoría en muchos orfanatos a pesar de que los roma representan en torno al 5 por ciento de la población.

Algunos incidentes públicos son muy elocuentes sobre el rechazo que viven los gitanos en Rumanía. El presidente del país, Traian Basescu, fue grabado hace dos años cuando llamaba a una periodista incómoda "gitana apestosa" y la cantante Madonna fue abucheada por sus propios seguidores en su concierto de agosto en Bucarest después de reivindicar desde el escenario el fin de la discriminación contra los roma.

Pancartas xenófobas reciben en muchos estadios de fútbol al Rapid de Bucarest, equipo de la minoría gitana, y la palabra "gitanada" es utilizada habitualmente en los medios como sinónimo de suciedad, caos y desorden

Fuente: el confidencial

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