Europa

Preocupación en la comunidad roma ante los resultados de las elecciones celebradas ayer
 
El centroderechista Fidesz vence con claridad en la primera vuelta y el extremista Jobbik sorprende con un 16,7% de los votos
 
 
Viktor Orbán deposita su voto en las elecciones de ayer. - Ap Agencia
 
Por: Andy Robinson - Budapest - 12/04/2010
 
Fidesz, el partido de centroderecha húngaro, cosechó una victoria sólida - con el 52,8% de los votos-aunque sin alcanzar la mayoría absoluta en la primera vuelta de las elecciones generales celebradas ayer en Hungría.

La noticia bomba de la noche, sin embargo, fue la dramática llegada a la política parlamentaria húngara del partido de ultraderecha Jobbik. Obtuvo el 16,7% de los votos - bastante más de lo que se preveía en los sondeos-tras una campaña basada tanto en un rechazo agresivo al capitalismo financiero y a la globalización de mercado como en duros ataques racistas contra los gitanos húngaros y - en menor medida-la comunidad judía.

Fidesz - cuyo presidente, Victor Orban, ya fue primer ministro entre 1998 y el 2002-aprovechó el colapso del partido socialista, en el gobierno desde el 2002, castigado por la crisis económica y por el duro ajuste adoptado en el ultimo año. Los socialistas perdieron más de la mitad de sus votantes pero lograron retener un 19,3% y evitaron ser rebasados por Jobbik. La segunda vuelta se celebrará el próximo 25 de abril.

El resultado de Jobbik - considerado por todos sus críticos como una formación neofascista aunque sus líderes lo definen como nacionalista radical y defensor de la "localización frente a la globalización"-es una bomba, el último indicio del recrudecimiento de la ultraderecha en Europa. Casi uno de cada cinco votantes húngaros ha elegido un partido que emplea un discurso abiertamente racista en lo que se refiere
 
a los 600.000 gitanos roma en Hungría, y cuyo joven líder, Vona Gábor, insiste en que tomará su escaño con el uniforme de la prohibida Magiar Garda, el brazo paramilitar de Jobbik.

En el centro deportivo en el que se celebró los resultados de Jobbik en las afueras de Budapest anoche, cientos de miembros de la Magiar Garda vestían chalecos negros adornados con la silueta de un león y la bandera húngara y gorras pseudomilitares. Los guardas de élite añadían el toque de una pluma en la gorra, al estilo de los nazis húngaros en la Segunda Guerra Mundial, y pañuelos rojos. Los resultados eran vitoreados con gritos de "¡Abajo los judíos" y "Fuera Trianon", en referencia al tratado que desmembró el imperio austrohúngaro tras la Primera Guerra Mundial y privó a Hungría de más del 40% del territorio. El nada obamaiano eslogan "Radikélis Valtozást!"("¡Por el cambio radical!") se leía en las banderas mientras jóvenes universitarios de los barrios ricos de Budapest pululaban por el recinto. Jobbik ya causó pavor en Estrasburgo al conseguir tres casino francais bonus gratuit sans depot escaños - el 15% de los votos-en el Parlamento Europeo el año pasado.

Totalmente desacreditados desde que el ex primer ministro Ferenc Gyurcsany fue grabado explicando que había "mentido descaradamente" sobre la salud de la economía en las elecciones de 2006 , los socialistas han sufrido una dura derrota, aunque evitaron ser adelantados por Jobbik. La nueva formación verde Por Una Política Mejor también tendrá representación parlamentaria.

Fidesz estará agradecido en cierta medida al Gobierno interino liderado por el socialista tecnócrata Gorodon Bajnai, que ha adoptado un programa draconiano de recortes del gasto y aumentos de impuestos, catastrófico para la popularidad del centroizquierda pero suficientes para reducir el déficit público hasta el 4% del PIB, uno de los más bajos de Europa. "Fidesz aprovechará el margen que el Gobierno interino le ha creado para restablecer algunas prestaciones sociales a familias que los socialistas habían recortado y para bajar algunos impuestos", dijo Laszlo Halpèrn de la Academia de Ciencias de Hungría. Mientras los socialistas apoyaban la privatización de la sanidad, el Fidesz apoyaba huelgas de médicos para defender la salud pública. "Fidesz ha dado un mensaje similar a Jobbik de que las multinacionales chupan la sangre del pueblo", dice Halpern. Y le ha dado resultados.

Si los socialistas han allanado el camino a Fidesz, Jobbik es un obstáculo enorme para Orban. Fidesz "ha mantenido un doble juego de centro y extremismo, pero jamás ha construido un muro de contención entre sí mismo y Jobbik", dijo el sociólogo Janos Ladanyi. Ahora "Orban debe decidir si va a construir el muro o a seguir así".
 

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