Europa

Tres condenados a cadena perpetua por matar a familias gitanas en Hungría

"Hay extraños que todavía nos acechan y se acercan a nuestra casa por la noche a través del bosque"

Imagen de uno de los condenados mientras escucha la sentencia - Foto: DW

Budapest - EP - El País - 07/08/2013

Un tribunal húngaro ha condenado a cuatro hombres --tres de ellos a cadena perpetua y uno a trece años de cárcel-- que entre 2008 y 2009 mataron e hirieron a miembros de familias gitanas y sembraron el terror entre la minoría romaní en Hungría, cuyos representantes han denunciado la pasividad policial. Los cuatro condenados habían negado los cargos y sus abogados habían pedido su absolución. Las condenas, dictadas por el juez Laszlo Miszori, podrían ser apeladas en los próximos días.

Foto: DW

En uno de los ataques, los cuales fueron cuidadosamente planeados y ejecutados durante un período de trece meses, varios hombres incendiaron una casa de la localidad de Tatarszentgyorgy (centro), cercana a un bosque, ubicado a unos 30 minutos de Budapest. Cuando los inquilinos huyeron del edificio en llamas, los agresores disparon a la cabeza de Robert Csorba, un hombre romaní de 29 años, y de su hijo de cuatro años. También resultó gravemente herida una joven. Posteriormente, los asaltantes se dieron a la fuga.

Foto: DW

La sentencia es excepcional y tiene "un valor ejemplar" según Erika Muhi, responsable de la organización de defensa legal para las minorías Neki, en un país donde los gitanos, que representan alrededor del 8% de la población de 10 millones de húngaros, son la víctima principal de los ataques de la extrema derecha y de la discriminación. "Aunque puede que no cambie la actitud de la sociedad, confiamos en que la decisión del tribunal tenga un efecto disuasorio", añade Muhi. El racismo contra los gitanos salpica el debate público húngaro, alentado sobre todo por el partido ultraderechista Jobbik y su feroz retórica antigitana —y antisemita— desde que entró en el Parlamento en 2010 como tercera fuerza política. Jobbik presenta a la comunidad gitana como un grupo de vagos que viven de subsidios, entregados a tener hijos y a los pequeños hurtos.

La serie de asesinatos de 2008 y 2009 creó un clima de pánico entre la comunidad gitana espoleado por la Guardia Húngara, una organización de civiles uniformados que que se dedicaba a patrullar por los pueblos para aterrorizar a esta minoría. Aunque está prohibida desde 2009, han surgido grupos violentos que actúan en el país —los últimos incidentes serios ocurrieron el verano pasado— bajo otros nombres y similares métodos. Dos de los cuatro condenados formaban parte de un grupúsculo de extrema derecha distinto de la Guardia Húngara, que a uno de ellos le parecía "poco efectiva" contra los gitanos, como cuenta Eszter Jovánovics, de la Unión de Libertades Civiles de Hungría, al salir del tribunal. La banda planificó y ejecutó los asesinatos durante meses. Uno de sus objetivos era lograr "que los gitanos se radicalizaran y hubiera violencia étnica", explica Kristof Domina, director del Instituto Athena de Budapest, especializado en los grupos extremistas.

Familiares de los asesinados presentes en el tribunal - Foto: DW

"Con esta sentencia, el tribunal ha corregido los errores de procedimiento que hubo", afirma satisfecha Jovánovics en referencia a los fallos durante la investigación. Sin embargo, denuncia que, cuatro años después, "ni la policía ni los fiscales están especializados en investigar delitos de odio, no hay protocolos específicos ni bases de datos ni métodos de protección de las víctimas adecuados. Además, la policía tiende a no tener en cuenta el componente racista de los delitos, y los trata como crímenes ordinarios. Es un problema sistemático aquí".

En la víspera del veredicto, la madre de Robert, Erzsebet Csorba, declaró a la agencia Reuters que llevaba mucho tiempo esperando el momento de poder cerrar ese capítulo de su vida, pero no tenía esperanza de que se hiciese justicia plena.

"Puede que para nosotros sea más difícil superar este sufrimiento debido a toda la angustia que hemos padecido", ha afirmado Csorba. Hay extraños que todavía se acercan a nuestra casa por la noche a través del bosque y nos acechan, ha indicado. Según los abogados de la minoría gitana, los documentos policiales muestran que, durante meses, las autoridades no se molestaron en investigar los ataques étnicos cometidos contra los romaníes.

La abuela del niño asesinado en Tataszentgyörgy. / Bernadett Szabo (REUTERS)

Fuentes: EP -El País

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