A la situación derivada de la crisis hay que sumar otro factor fundamental para estos comerciantes, el tiempo. Casi cuatro meses nefastos de continuadas lluvias que han impedido que los tenderetes se exhiban en plena calle. Por lo tanto, sus beneficios han sido cero y la mayor parte del género de invierno lo tienen guardado. Una fuerte inversión de la que no han podido sacar rentabilidad. Lo que no han podido evitar son los pagos que deben realizar a las diferentes administraciones para poder llevar a cabo su actividad. Especial mención para los ayuntamientos con el cobro de las licencias de ocupación que los comerciantes deben abonar tanto si hacen uso del sitio como si no.

 

Y en este sentido se encuentra el dato más llamativo y es que Cádiz es la provincia andaluza más cara en obtener el trámite. Incluso hay casos en los que triplican la cifra de localidades de Sevilla o Málaga, cuando es uno de los lugares con menos puestos. Mientras que existen aproximadamente unos 4.700 puestos gaditanos, en Sevilla sobrepasan con creces los 5.400 y en Málaga se llegan a los 7.300, según datos de la Junta de Andalucía sobre el comercio ambulante en la comunidad.

 

San Fernando es el municipio que ostenta el honor de ser el más caro ya que cada comerciante paga una media anual de 1.700 euros por el derecho de ocupar la vía pública un día a la semana. Cádiz es relativamente más barato ya que el pago se reduce a los 1.200 euros aproximadamente por puesto. Y todo ello cuando ambas localidades son las menos flexibles con el sector, tal y como se demuestran en sus ordenanzas. Mientras que en La Isla se les impide vender en vísperas de festivos, en la capital está prohibido el hacerlo durante el mes de agosto. «Esta situación siempre se ha denunciado, pero no preocupaba tanto en época de bonanza. Sin embargo, ahora se necesita vender y para ello días en los que se puedan colocar los puestos es así de sencillo», expone el presidente de Apcayatoca, Jesús Espada.

 

El colectivo asegura estar en una situación crítica pues la falta de ventas hace que se encuentren asfixiados por los pagos. Los casos de embargos y deudas se multiplican por semana y algunos han decidido prescindir de lo locales en los que guardaban el género o de sus vehículos, compartiendo gastos de transporte con otros compañeros. Sobre todo porque hasta ahora en la Bahía hay una sentencia clara: día que se pierde de venta, día que no se recupera.

 

 

En el campo de Gibraltar ya hay propuestas para damnificar el daño y hay municipios en los que se realizan los domingos solidarios. Cuando el día de venta asignado a los comerciantes ambulantes cae en fiesta, por ejemplo, se traslada al domingo y cada puesto como muestra de agradecimiento dona una pequeña parte de lo recaudado para entregárselo a una ONG local. En Chiclana, El Puerto y Puerto Real ya se han comenzado las negociaciones para que esto sea una realidad, aunque parece más complicado en el caso de San Fernando y Cádiz.

 

Esta medida podría enmarcarse dentro de los ocho domingos de apertura al que tienen derecho las grandes superficies y que se les niega al comercio ambulante, tal y como se solicita desde Apcayatoca, que además pide medidas de ayudas complementarias como la que se ha desarrollado en Fuengirola, donde el Ayuntamiento ha perdonado el pago de un trimestre de licencias por el mal tiempo.

 

El sector también se muestra preocupado por los incesantes rumores de que el Ayuntamiento de Cádiz pretende reducir a la mitad los 320 puestos que se colocan los lunes. A ello hay que unirle la imposibilidad de acceder a ayudas y subvenciones de desarrollo y una legislación que amenaza con cambiar el comercio tradicional. «Pedimos que nos tengan en cuenta, porque somos un grupo que damos mucho dinero a la sociedad sin que llegue ningún retorno. Solicitamos que nos incluyan en los consejos de participación y en la toma de decisiones», explica Espada. En este sentido, Jerez se presenta como una de las primeras localidades que podría tomar en consideración tal medida. Todo ello cuando se está estudiando la creación de un mercadillo solidario en favor a Haití, en el que los comerciantes esperan recaudar unos 5.000 euros.

 

El SOS ya ha sido lanzado, ahora depende de las administraciones.