España

Un estudio sobre el tratamiento de la prensa escrita al pueblo gitano plantea si se han superado o no, los enfoques racistas

El presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Extremadura asegura que los medios caen en los estereotipos
 
 Presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Extremadura
Antonio Vázquez

«Al payo le pasa lo que a mí con los chinos, todos les parecemos iguales»

 «Nos hemos llegado a creer que somos una manada de vagos y maleantes»

«Aquí se ha llegado a celebrar nuestro día bailando una sardana y a nadie le preocupa»

Por: Aracely R. Robustillo - Badajoz - 05/07/2010

Poner o no en un titular el adjetivo gitano asociado al autor de un acto delictivo puede esconder tintes racistas, según Unión Romaní. Esta federación lleva 15 años analizando las manifestaciones de los medios de comunicación cuando hablan de la etnia gitana y asegura que, aunque se ha mejorado mucho, aún se pueden encontrar algunos tintes xenófobos. Antonio Vázquez, presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Extremadura y Vicepresidente del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, analiza esa misma realidad en el ámbito regional.
 
-¿Están de acuerdo con el análisis de Unión Romaní sobre el tratamiento positivo al pueblo gitano en la prensa extremeña?
 
-Puede que esa sea la realidad oficial. Si tiras de noticias, puede que eso sea así, pero si escarbas un poco y miras quien produce esos datos, encuentras la clave del asunto. Las actividades a las que se refieren son siempre a actividades de la Fundación Secretariado Gitano. Al movimiento asociativo gitano real, se le ha anulado totalmente.
 
-¿Consideran que los medios de comunicación tratan al pueblo gitano de una forma racista?
 
-Sigue habiendo mucho desconocimiento. Casi todas las informaciones están cargadas de estereotipos. Pero somos conscientes de que eso no sólo ocurre con la etnia gitana, sino con otros muchos colectivos. Nosotros consideramos que todos deberíamos tener una responsabilidad y un compromiso a la hora de buscar una solución a esa realidad, incluida la clase política. En Extremadura, hubo un momento en los años 1996 y 97 en los que esta región fue la comunidad autónoma que más noticias positivas sobre gitanos publicó, de toda la historia, se fue el reflejo de la realidad política del momento con respecto al asociacionismo gitano.
 
-¿Qué ha ocurrido en estos años?
 
-Cada vez que cambia el payo de turno de la Junta todo vuelve a empezar. De hecho, se produce una paradoja y es que cuando el actual presidente era director general de Bienestar Social, conseguimos hacer una revolución que repercutió en toda España. Y eso que en Extremadura sólo somos unos 15.000 gitanos. Después entró Ana Garrido y tiró por la borda todo lo que se había hecho anteriormente, pese a que fue entonces cuando entró el diputado gitano, Francisco Saavedra.
 
-¿Se sienten ustedes representados por él en la Asamblea extremeña?
 
-Para nada. Nos hemos tirado 500 años sin ningún representante político y ahora que lo tenemos, nada tiene que ver con la normalidad, sino con los estereotipos. A mí ese señor me representa como extremeño, no como gitano. A los payos les pasa lo que a mí con los chinos, les parecemos todos iguales. Sigue habiendo un desconocimiento total de nuestra realidad. Se nos están aplicando políticas paternalistas y absurdas, pese a que desde la región estamos coordinando todo el movimiento asociativo nacional. De hecho, somos los artífices de la puesta en marcha del nuevo Plan Nacional Gitano, que el Gobierno aprobó el día 9 de abril.
 
-Ustedes piden imparcialidad por parte de la prensa y solicitan que no se ponga la palabra gitano asociada a delitos, por ejemplo, pero les gusta, sin embargo, que salga en titulares positivos, ¿no es eso una incoherencia?
 
-Pues no sé qué decirte. Nosotros pedimos una discriminación positiva para compensar una realidad negativa. Porque los hechos son que los gitanos mueren diez años antes que los payos y que nuestros niños no avanzan en unos colegios donde se explica el origen de los aborígenes australianos, pero no se habla de nuestro pueblo.
 
Poco accesibles
 
-¿Creen ustedes que son accesibles, tanto a la prensa como al resto de la sociedad?
 
-Reconozco que puede ser cierto que somos poco accesibles y lo asumo como una crítica constructiva. Pero hay que comprender que nuestro pueblo ha podido sobrevivir porque se ha escondido. Hemos vivido en el ostracismo. Reconocemos que la situación ha cambiado mucho, no sólo para nosotros, sino también para otros colectivos, como los homosexuales. La perversión que se produce ahora es que estamos colonizados.
 
-¿Qué quiere decir con eso de que están «colonizados»?
 
-Pues que en Extremadura se está celebrando el Día Internacional del Pueblo Gitano bailando la sardana y nadie se preocupa. Nos tergiversan. Lo mismo sucede con lo que de nosotros se saca en los medios: nada o muy poco tiene que ver con nuestra verdadera esencia.
 
-Hablaba usted antes del colectivo homosexual que vivió marginado y que, en la actualidad, está bastante integrado en la sociedad, ¿por qué no sucede lo mismo con su pueblo?
 
- Los gitanos arrastramos una historia de lesiones en grado superlativo. De hecho nos hemos llegado a creer que somos una manada de vagos y maleantes. No hemos tenido ni la capacidad de reconocer nuestra propia identidad. Además, todas las políticas que, supuestamente se aplican para solucionar la situación, lo único que consiguen es perpetuarla.
 
-Haga un ejercicio de autocrítica, ¿ustedes no tienen ninguna responsabilidad en la imagen que la sociedad tiene de su etnia?
 
-Qué duda cabe de que sí, pero la autocrítica la tenemos que hacer dentro, fuera bastante nos critican ya. Es cierto que dentro de nuestro propio colectivo pasa lo mismo que en el de los payos, pero con un par de vueltitas más. Hay de todo, pero se nos identifica sólo con unos pocos. También te digo que tanto las personas como los pueblos son fruto de las circunstancias y a los gitanos nunca se nos ha dado la oportunidad para evolucionar hacia donde deberíamos llegar.
 
-En la actualidad asistimos a una polémica sobre si el velo es una seña de identidad o no en las mujeres musulmanas y si, por tanto, prohibirlos supone una restricción de sus derechos, ¿a ustedes les ha sucedido algo similar?
 
-Por supuesto que sí, ha habido una aniquilación cultural en mayúsculas. Nuestra lengua, el romaní, nos ha sido arrebatada, porque nos estaba prohibido hablarla.
 
Fuente: Hoy.es

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