«Auguro momentos difíciles socialmente, pero anuncio que o Concello se vai apartar de todo debate estéril e defenderá os dereitos humanos e constitucionais ao traballo e a unha vivenda digna». Esta afirmación la hizo ayer el alcalde, José López Orozco, en el transcurso del acto de firma de sendos convenios con la Fundación Secretariado Gitano y la Asociación de Promoción e Integración Xitana de Lugo. Aludía Orozco a los problemas que puedan plantearse por la entrega a quince familias gitanas de las viviendas que les fueron adjudicadas. Se mostró convencido de que el Concello no se encontrará solo.

El convenio con la citada fundación dará continuidad al programa Acceder que, por la misma vía, ya viene desarrollándose desde hace seis años. En este caso, la dotación es de 38.000 euros. Este programa tiene por objetivo la formación e integración laboral. En esta ocasión, supondrá también la contratación de dos técnicos que formarán parte del equipo que llevará a cabo el programa de apoyo a las 15 familias gitanas para adaptarse a sus nuevos hogares y al entorno en que se encuentran.

Por parte de la citada fundación, Isidro Juan Rodríguez señaló que para la integración social de los gitanos se ha avanzado muchísimo, pero aún queda mucho por hacer. Destacó que en España sólo el 4% de los gitanos viven en poblados de chabolas. En el caso de Lugo, según indicó Manuel Vila, en O Carqueixo, una vez entregadas las viviendas a las 15 familias a las que les fueron adjudicadas, quedarán 23.

El alcalde dijo ayer que si llegan los momentos difíciles que augura y alguien dice: «Que os leve o alcalde para a súa casa», responderá que estaría encantado de que en su edificio hubiese alguna familia gitana.

La asociación representada por Manuel Vila recibe, vía convenio, 9.000 euros para cubrir los gastos de funcionamiento del local de la citada entidad. Vila hizo especial hincapié en que las quince familias a las que se les van a entregar las viviendas las lograron por puntuación dentro de la tramitación normal de las solicitudes de pisos sociales. Dijo que de 300 familias que había en O Carqueixo en 1983 sólo quedarán 23 una vez realojadas las 15 indicadas. Algunos de los que dejaron el poblado se fueron por sus propios medios a viviendas usadas que compraron, otros a pisos de alquiler y alguno se construyó su propia casa.