España

Pitingo

"Escuchar a Aretha Franklin a los once años cambió el resto de mi vida"

"No suelo cantar por Camarón. Para mí eso es algo sagrado y es mejor no tocarlo porque el de la Isla lo hacía todo tan perfecto que es muy fácil cargárselo"


Por: Rubén Bruña / La Coruña 16-01-2009

Su segundo disco, 'Soulería', ha vendido más de 80.000 copias en unos tiempos en los que convencer a los compradores no es tarea fácil. Antonio Álvarez Vélez, conocido por todos menos por su abuela como Pitingo, está saboreando el éxito. A sus 28 años no sólo es un superventas, también ha conseguido sacar de quicio a los puristas del flamenco con sus versiones, e incluso ha grabado una canción con Eric Clapton y Roger Waters (Pink Floyd) para recaudar fondos para los niños de Latinoamérica

El cantaor de Ayamonte (Huelva) responde al teléfono después de grabar una entrevista con Jesús Quintero para el programa Ratones Coloraos. "El tío te va sacando las cosas poco a poco, con mucho arte", cuenta mientras viaja en un taxi por Sevilla. Pitingo apuesta por que el concierto de mañana (teatro Colón a las 20.30 horas, entradas entre 20 y 30 euros) "sea una fiesta de flamenco y soul".

-¿Vendrá con una propuesta plena de soulerías o también habrá espacio para los cantes tradicionales?
-El espectáculo empieza con los palos más clásicos del flamenco como el martinete, la toná o la deblá, y luego se van incorporando los cambios: coro de gospel (The Black Heritage Singers de Nueva Orleans) y las canciones del álbum Soulería.

-¿Qué tiene en común el flamenco con Otis Redding o Roberta Flack?
-Ambas son músicas de raíces y que proceden de dos pueblos, el gitano y el negro, que han pasado muchas fatigas. Y eso a la hora de cantar se nota que hay muchos vínculos que nos unen.

-En su disco Soulería se atreve con Smells like teen spirit, de Nirvana. ¿Fue la más complicada del disco para llevarla al ritmo gitano?
-Fue complicado por los tonos. Además había que tener mucho tacto para que no saliese un tema lolailo. Hacer una canción de un grupo como Nirvana fue un reto y al público le ha gustado.

-¿Cómo fue el proceso de selección de las canciones?
-Fue un trabajo a medias con Juan Carmona (ex componente de Ketama). Él me proponía cosas e íbamos probando qué podíamos hacer para que se adaptasen al estilo del disco. Fue un tira y afloja muy bonito.

-¿Cuándo se da cuenta de que puede vivir con el cante?
-Cuando llegué a Madrid, con doce o trece años empecé a descubrir cantes que no conocía. En Madrid es donde un cantaor se curte. Cuando era más pequeño, en Huelva, cantaba por fandangos y un poco por bulerías, pero en la capital es donde conocí a muchos gitanos de los The roulette spil layout is the area on the table where the players place their bets. que aprendí los cantes de verdad. Allí empecé a soñar con lo que luego ha llegado.

-En una casa tan flamenca como la suya, ¿cómo surge su afición por la música soul?
-A los once años me regalaron una cinta de Aretha Franklin y escucharla cantar cambió el resto de mi vida. Me tiré todo un verano escuchando sus canciones y las de Louis Armstrong. Tengo todo lo que ha salido del sello Motown.

-A nivel técnico, ¿es más difícil cantar flamenco o soul?
-Cantar flamenco es lo más difícil del mundo. El soul no es fácil, pero a mí me cuesta menos cantarlo porque el flamenco es más de raíz. El soul se canta más de nariz y el flamenco se canta de garganta.

-Últimamente abunda mucho la fusión entre el flamenco y el jazz.
-Creo que hay fusiones que en realidad no están funcionando. Están tocando jazz por un lado y flamenco por otro. Es como si yo me junto con otra persona en la calle y me pongo a tocar la guitarra mientras el otro toca el acordeón. Para hacer eso hay que conocer muy bien las dos músicas.

-¿Se siente en el ojo del huracán de los puristas?
-Un poco sí. Yo creo que en el fondo les gusta mi música, lo que pasa es que les tengo un poco descolocados. (Risas).

-¿Por qué no canta por Camarón?
-No suelo cantar por Camarón, aunque conozco todo su repertorio. Para mí eso es algo sagrado y es mejor no tocarlo porque lo hacía tan perfecto que es muy fácil cargárselo.

Fuente: laopinioncoruña.es