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Las dos reuniones celebradas esta semana para debatir el realojo en La Arboleda de una familia procedente de Sestao no han cambiado las cosas. Finalmente, el matrimonio y sus cinco hijos ocuparán la vivienda en la que se instalaron escoltados por la Ertzaintza el pasado día 1 y que luego tuvieron que abandonar por problemas de seguridad. «Todo se ha hecho legalmente y está correcto», zanjó un portavoz del Gobierno vasco tras el encuentro de ayer con responsables de los ayuntamientos de Sestao y Trapagaran, el Ararteko, la asociación de vecinos del barrio minero e Iniciativa Gitana.

Pero, como ya anunciaron el martes, los vecinos de La Arboleda mantienen el pulso y se manifestaron de nuevo en Trapagaran por tercera vez en un mes. Bajo el lema 'Pisos gratis para todos', cientos de vecinos recorrieron durante una hora la principal arteria de la localidad hasta alcanzar el Consistorio.

 

«Lo que están haciendo con nosotros es dar ejemplo, porque si ceden en este caso tienen que echar atrás todos sus realojos», argumentó el presidente de la Asociación de vecinos, Iñaki Zamarripa, que, según admitió, nunca albergó esperanzas de que se llegara a un acuerdo. «Les pedimos que dejaran el asunto en manos de la nueva consejería de Vivienda, pero no nos han hecho caso», lamentó.

Más confiada había acudido al encuentro la teniente de alcalde de Trapagaran, Pilar Souto, quien reconoció después que la cita había sido «muy decepcionante». «Les hemos ofrecido alternativas, pero dan el tema por zanjado», afirmó.

Para el Gobierno vasco, las «alternativas» ofrecidas por el Consistorio «no se sostienen». «Ofrecían una vivienda que está fuera de ordenación y necesita ser restaurada. Para cuando estuviera lista ya habrían pasado cuatro años», aseguraron. Los responsables de Vivienda defienden que el realojo ha seguido los cauces legales y la familia adjudicataria de la vivienda «tiene todo el derecho del mundo a ocuparla». «Se les ha propuesto que fuera una situación temporal hasta disponer en Sestao de pisos para alojarlos, y que un comité de seguimiento acompañara a la familia para garantizar su integración», lamentaron las mismas slots fuentes, quienes señalaron que ahora todo queda en manos de la familia.

Mientras los vecinos de La Arboleda se manifestaban, portavoces del Consejo vasco del Pueblo Gitano, que engloba a diez asociaciones de todo Euskadi, reincidían en sus acusaciones de racismo hacia los residentes de la zona alta. «Se puede probar», afirmaban. De hecho, presentaron un documento al que tuvieron acceso, un escrito trasladado al Consistorio minero el 15 de octubre de 2008, cuando se tuvo conocimiento de la llegada de la familia.

«El que quiera gitanos que se los lleve a su casa», figura escrito a mano en un texto a nombre de la asociación de vecinos de La Arboleda en el que informaban a todos los partidos políticos del Ayuntamiento de Trapagaran de su «rechazo frontal» al realojo.