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Asilo en Canadá

El largo peregrinaje de cientos de familias gitanas, que frente a una sociedad cada vez mas racista y xenófoba, se han visto en la necesidad de huir pidiendo asilo político a Canadá, no hace sino aumentar la imagen de una falta de capacidad, de autoridad, o cuanto menos, de “persuasión”, de la propia Unión Europea frente a sus países miembros, situándola en una posición especialmente  difícil y bochornosa frente a la opinión internacional.

Nadie podía imaginar hace tan solo unos años, que algo parecido pudiese  estar aconteciendo. ¿Qué está sucediendo en Europa para que tantas familias tengan que pedir asilo fuera del  país y de su propio Continente?

No hay que olvidar que cada vez son más los lugares de Europa en los que el grado de intolerancia y de agresión directa hacia gitanos e inmigrantes queda de manifiesto un día sí, y el siguiente también. Como también es sabido, que precisamente en estos tiempos difíciles de  crisis no se espera ninguna minoración en este tipo de actuaciones violentas, sino que más bien,  se prevé todo lo contrario.

Un significativo ejemplo de este fatídico augurio lo encontramos en  Hungría, donde  la violenta y xenófoba organización "Guardia Húngara"  hace muy poco tomó juramento a 600 nuevos militantes que se encargarán de sembrar el terror y el temor de cuantos asentamientos gitanos hallen a sus paso.

De tal modo que no estamos ante un problema exclusivo de la República Checa, y menos aún de una mera cuestión puntual, como pretende hacernos  creer Otakar Motejl, Defensor del Pueblo Checo, quien paradójicamente no utiliza su “tribuna” para defender a ese mismo pueblo abocado al exilio, sino para “lavar la imagen de su gobierno”. Pero como digo, este es un problema que se extiende por Europa, basta recordar los acontecimientos de Italia y  sus políticas, los de Eslovaquia, Hungría o Serbia.

Nos encontramos ante una Unión Europea francamente denostada y cuestionada en su eficacia respecto a políticas “persuasorias” que sean capaces de terminar con esta frenética escalada de violencia desatada en varios de sus países miembros.

Para que las recientes declaraciones en el Consejo de Europa de Thomas Hammarberg, Comisario Europeo de Derechos Humanos, no se conviertan en demagogia tras las muchas manifestaciones que en esa misma dirección ya se han pronunciado durante los últimos tiempos en esa misma Cámara, ésta debería afrontar el asunto con decidida contundencia, algo que por desgracia no hemos visto hasta la fecha, y que desde este mismo Portal venimos reclamando hace meses (ver: Violencia contra los gitanos).

  José Alfredo Maya Maya